Carlos Sentís Updates

Ayer cayó en Madrid el diluvio universal. Salía a las 11 de la noche de mi clase de chino cuando, de pronto, cayeron sobre mí los siete mares y algún que otro océano. Todos corrían para cobijarse, esperando a que amainara el temporal, mientras yo caminaba tranquilamente. Es agua, no muerde. Me pareció un momento estupendo para cantar "Cantando bajo la lluvia" bajo la lluvia mientras llegaba al coche, y, claro, empezó a llover más fuerte aún. Llegué al coche empapado, arranqué y me fui. De camino a casa la tormenta se hacía más y más fuerte, los exhaustos limpiaparabrisas lo hacían lo mejor que podían, pero la verdad es que yo no veía un carajo. Iba a 60 Kilómetros por hora por la M30 y cuando pasaba por encima de los charcos el coche se me iba. Llegué a temer mi propia muerte, aunque estaba muy contento, y pensé que si me moría, lo haría con una sonrisa en la boca. ¿Qué mejor forma hay de morir? Pero sobreviví, para alegría de pocos y decepción de muchos (que no... que es bro

El alcohol mola. Si bebes alcohol, molas. Si bebes mucho, molas mucho. Es más, si dices que bebes mucho, aunque tampoco bebas tanto, también molas mucho. Salir de fiesta mola. Si sales mucho, molas mucho. Si dices que sales mucho, aunque no salgas tanto, también molas mucho. De hecho, si subes fotos al tuenti o al facebook en una discoteca, molas. Si no las subes no molas prácticamente nada. Si pones como foto principal una foto de fiesta, molas. Porque entonces es que eres un fiestero. Porque sales mucho, y salir mola. Aunque salgas una vez al mes, esa foto le dice a todo el mundo que eres fiestero, y sabéis muy bien que no hay nada más admirado, envidiado y socialmente reconocido que ser un fiestero. Aunque te agobie la gente, el calor y el humo del tabaco. Aunque pagues después de que te dijeran que entrarías gratis por listas. Aunque te aburras y no te guste bailar o no te guste la música de la discoteca a la que vas. Aunque vayas a ver si pillas y no consigas ni un tuenti. Salir m

He perdido el móvil. Era un buen móvil, hacía fotos chulísimas, tenía un reproductor de música cojonudo y, además, llamaba que te cagas. Era bonito, tenía estilo y personalidad. Me gustaba todo de él. Su carcasa, su teclado... esa tapita tan mona que tenía para la batería... El tiempo que hemos pasado juntos ha sido inolvidable. H emos tenido momentos felices y también hemos pasado por etapas difíciles, como cuando le rompí la pantalla y lo abandoné en una tienda para que lo arreglaran... aún me guarda rencor por aquello. Era único. Nunca encontraré otro móvil como ese... (No me miréis... no quiero que me veáis llorando). Pero sabes qué!? Estoy harto. Tampoco me gustaba tanto! Tenía un montón de defectos, casi nunca recibía las llamadas de Angelina y a Scarlett no le llegaban mis mensajes. Paso de ti Ericson W910i!!! Tú te lo pierdes!! me das igual, vete con otro, pero te advierto: nadie te usará como yo te he usado... Ya volverás arrepentido, con la antena entre las piernas, y tendré

Siempre es más verde el jardín del de al lado... por alguna razón, siempre queremos ser más de lo que somos y tener más de lo que ya tenemos. No importa lo rico que seas, siempre querrás más dinero. Tampoco importa si tu novia es guapa, simpática y cariñosa, porque sientes que mereces algo más. Siempre deseamos lo que no tenemos, y cuando lo conseguimos, necesitamos algo más. Pero esta obsesión no nos deja vivir tranquilos. En realidad, mi coche es el mejor coche del mundo, mis padres, los mejores que tengo, mi ciudad, el baúl de mis recuerdos y yo, soy quien quiero ser y hago lo que quiero hacer. No es que seas mala persona por envidiar a los demás, es sólo que es incómodo, es mucho mejor valorar lo que tenemos, te permite vivir mucho más agusto. Tenemos que aceptar nuestras limitaciones, aprovechar al máximo nuestras capacidades y, sobre todo, valorar nuestra suerte. La suerte de tener algo de comida en la nevera, de poder dormir en una cama, de tener una familia dispuesta a sacrific